En estos Ranking
Discográfico la idea es tomar algunas de mis bandas preferidas y, dentro de
este oscuro grupo, elegir esas que cuenten con una buena cantidad de discos (no
una eterna discografía) y un parejo y muy alto nivel en todas sus publicaciones,
o, a lo sumo, que tengan la menor cantidad de “fallidos” posible. Luego de la
selección de una banda, solo queda someterse al suplicio de rankear sus discos,
empezando por el que entiendo que es su LP menos logrado, el que menos escucho,
mi menos favorito, etc., hasta llegar al glorioso puesto N° 1, que lo ocupará
mi disco preferido. Trataré de desglosar disco a disco el catálogo de la banda,
explicando las razones por las cuales cada disco ocupa el lugar que ocupa,
siendo lo más sincero y honesto que se pueda, ya sea para explicar por qué
algunos discos ocupan los últimos puestos, o para alabar las joyas eternas que
ocupan los primeros.
Habiendo dicho
esto, entendí rápidamente que la mejor banda para abrir esta serie es, sin
dudas, Bolt Thrower. Al ser uno de los nombres más pesados dentro del Metal
Extremo e indiscutibles Reyes del Death Metal, la banda oriunda de Coventry
cuenta con una discografía excelsa y bastante difícil de igualar, ni hablemos
superar. Es definitivamente una de mis bandas preferidas, aunque no haya sido
de las primeras ni de las segundas bandas de Death en las que me sumergí al
descubrir el género. Esto es un hecho bastante curioso, porque si bien ahora
considero que en ese momento todavía estaba en una etapa inicial dentro mi
viaje por el Metal Extremo, Bolt Thrower es una banda más que reconocida,
alabada y para nada un oculto grupo inmerso en el Under más inaccesible. Pero
la magia de la música y, especialmente, del Universo Metalero, nos regala situaciones
como estas y momentos en los que, de manera bastante sorpresiva, una banda
llega a tus oídos para quedarse para siempre. Así de sorpresivo y revelador fue
el momento en que escuché o, mejor dicho, empecé a disfrutar realmente la
música de esta gigantesca banda.
Lo voy a aclarar
ahora y probablemente algunas veces más en el propio Ranking: todos estos
discos me gustan, los disfruto y con mucho placer me puedo sentar a escucharlos
mientras saboreo una birrita o me clavo un asado sin poder dejar de cabecear.
Puede que en los siguientes Volúmenes no pase lo mismo y no voy a tener ningún
problema en aclararlo y explicar las razones, pero con Bolt Thrower no creo que
haya mucho lugar para el disgusto o el descarte de ninguno de sus discos. En
estos Rankings compiten los discos de una sola banda entre sí y esto hace que en
un catálogo como el de estos ingleses, con varias indiscutible y eternas joyas,
algunos discos dejen algo atrás a otras sólidas y buenas publicaciones. Así es
la vida, pero una banda como Bolt Thrower la hace claramente mejor.
No es una
articulo histórico o biográfico de la banda por lo que no voy a relatar su
carrera desde los inicios hasta su triste separación. Acá lo importante es
ponerse en el incómodo y desafiante lugar de ordenar de “peor a mejor” los
discos de una de mis bandas preferidas, que da la casualidad, es también una de
las mejores, más influyentes, importantes, únicas y reconocibles bandas de
Metal Extremo.
Bolt Thrower
de menor a mayor:
8. honour – valour – pride -2001-
En todos los Rankings
tiene que haber un último puesto y el único disco de esta lista en el que no
participa el querido Karl tenía todos los números. Banco bocha a Dave Ingram y
creo que cumplió más que bien su rol en este disco, pero esto es Bolt Thrower y no fue lo mismo. Debo
decir que igual lo encuentro muy parejo con respecto al disco anterior a este,
ya que en mi opinión esa fue claramente la época más floja (floja para los
estándares de Bolt Thrower, está
claro) o no tan trascendente de la banda. Es el disco que menos escuché por las
cuestiones ya mencionadas, pero es imposible que no disfrute de un disco de Bolt Thrower y obviamente el hecho de
que esté en el último lugar no quiere decir que crea que es un mal disco. Tiene
varios temas bastante piolas como ‘Pride’, ‘7th Offensive’ o ‘Contact- Wait
Out’ y dentro de lo malo que fue la momentánea salida de Willetts, fue un disco
que cumplió con el cometido de poder ser considerado como parte de la discografía
de Bolt Thrower, dejándonos algunos
temas bastante buenos para que los adictos a esta banda nos entretengamos.
De los discos con
Willetts “Mercenary” siempre me pareció que estaba, como mínimo, un escalón más
abajo que los demás. Es bastante parecido a lo que ocurre con “H-V-P”, ya que
no creo que sea un álbum descartable o de mala calidad, pero la vara de Bolt Thrower está tan alta que es
imposible para mí poner a este disco a la misma altura que las inolvidables
joyas que nos regaló la banda. Está claro que una ventaja que tuvo para no
terminar último es que contó con Karl Willetts y la verdad es que es una
ventaja bastante grande. Otra ventaja fue ‘No Guts, No glory’, un clásico y un muy
buen tema con todo el ADN de Bolt Thrower
impreso en cada segundo. Más allá de estas dos cuestiones y de que hay un par más
de temas destacables como por ejemplo ‘Powder Burns’ o ‘Return to Chaos’, creo
que le faltan algunas cosas a las que estos ingleses nos tenían acostumbrados y
se notó bastante. Es sólido, pero no tiene ni la inspiración ni la mitad de los
momentos memorables que podemos encontrar en el resto de la discografía de la
banda. Le falta algo de agresividad, velocidad o, si la idea es ir lento, cosa
que recibo más que contento, tampoco creo que le hayan podido imprimir ese
groove asesino u oscuridad que sí le imprimieron (recontra imprimieron) a otros
de sus discos. Además, un dato no menor es que es el único disco de la banda
que no cuenta con ninguno de los dos históricos bateros que tanto supieron
brillar en Bolt Thrower. Un tal Alex
Thomas fue la transición entre el gran Andy Whale (actual Memoriam junto con
Willetts) y, el otro gran, Kiddie Kearns, quien con su fallecimiento termino de
decidir la separación de la banda. No voy a dejar de aclarar que decidí hacer
este primer Ranking Discográfico
sobre Bolt Thrower porque me gustan
todos sus discos y ni siquiera los discos que ocupan los últimos puestos me
parecen olvidables o completamente aburridos. Pero al mismo tiempo creo que hay
diferencias que separan a estos dos discos (puesto 8 y 7) y los que están en
los siguientes escalones de este Ranking.
A partir de ahora
son todos discazos. Había que poner un orden y, como dije antes, la vara de Bolt Thrower esta tan alta que por
momentos va a llegar a estándares demenciales. El disco en cuestión y debut de
la banda, publicado en ¡1988!, es un grandísimo golpe de OSDM, groove, Grincore
y quilombo. Fue el comienzo de algo gigante y un disco con un gran valor en sí
mismo. Antes que nada, hay que tener en cuenta que este disco se publicó solo un
año después de “Scream Bloody Gore”, el mismo mes que el gran “Reek of
Putrefaction” y antes que cualquiera de los debuts de las demás bandas yankees.
Una de las bandas más influyentes de la historia del Metal no podía empezar con
un disco del montón, por lo que Bolt
Thrower arrancó con un discazo y una autentica piña en la pera. Además del
caos, la cruda producción y el claro sonido Grindcore, se puede escuchar el
alma de la banda y “ese algo” que los terminó convirtiendo en uno de los Reyes
del Death Metal. Esos fukin riffs, madre mía. Es uno de esos discos para poner
cuando necesitas una buena y áspera levantada de ánimo. Por momentos es medio
flashero porque no suena tan parecido a como terminó sonando la banda, pero
esto lo convierte en una muy buena forma de variar y en un disco más que
interesante. Como dije al principio, a partir de ahora son todos discazos y
como ocurrió con la historia de la banda, con esta joya deathmetalera de 30 min
empezamos un sublime recorrido lleno de locura, guerra, riffs y caos.
Groove
made in Bolt Thrower. Uno de los discos más representativos de la banda y otra
joyita de los ’90. Casualmente es el 5to disco de la banda y ocupa el 5to
lugar, algo que no es completamente casual teniendo en cuenta que los primeros
discos de la banda (excepto el debut) van a estar en los primeros puestos de este
Ranking. Además, creo que es un lugar ideal para ubicar a “For Victory”, ya que
considero que es el perfecto punto medio entre los discos que ya pasaron en la
lista y las indiscutibles y gigantes obras que ocupan los primeros 4 puestos.
Esta bastante por encima de los dos discos que le siguieron cronológicamente y
al mismo tiempo es una terrible puerta de entrada hacia la majestuosidad de Bolt Thrower. Cargado de medios tiempos
y riffs memorables (marca registrada de la banda) marca el final de una era de
la banda. No es que haya cambiado el sonido de la banda o el estilo de música,
pero creo que fue la última real joya de Bolt
Thrower hasta que nos demolió la cara con su último disco. Como ya mencioné
este disco también marcó el final de Andrew Whale como baterista de la banda y
al ser uno de sus miembros fundadores debe haber sido un gran cambio. En este
disco conviven varios temas clásicos y de los más recordados, como el enorme
tema homónimo, ‘Lest We Forget’, ‘Forever Fallen’, y uno no tan clásico pero
que siempre me pareció de los mejores, ‘Tank Mk I’. Otra cosa que quiero
destacar es que lo veo muy influyente o aunque sea parecido con respecto al
extraordinario “Those Once Loyal”. No es casualidad que ese último disco de la
banda haya pegado tan fuerte y sea considerado como uno de los mejores discos
de la banda, ya que se notó una especie de vuelta a, justamente, esta época de
“For Victory” y, a mi criterio, increíblemente logró superar a esta obra. En
fin, es un disco totalmente esencial en la discografía de Bolt Thrower, uno que resume y pone a disposición muchas de las
mejores y más típicas características de la banda y, repito, una excelente
puerta de entrada al mundo de estos Reyes del Death.
4. war master -1991-
Si bien hay muchas
cuestiones subjetivas y son justamente estas cuestiones las que terminan
dictando quien va en el puesto 1, en el 2, en el 3 o el 4, en mi cabeza no
tengo dudas que estos 4 primeros puestos son definitivamente los mejores discos
de la banda. Una amplia mayoría de metaleros ubicarían sin pestañear a este
álbum como indudable N° 1 y no solo lo entiendo, sino que estoy cerca de
compartirlo. En Bolt Thrower se da
que, al tener una discografía de tan alto nivel, las diferencias entre ciertos
discos son muy pocas (en cuanto a genialidad) y son las cuestiones más
subjetivas y personales las que terminan decidiendo qué disco escuchas más y
cuales terminan siendo tus favoritos entre sus eternas joyas. Digo esto porque
es algo que aplica a “War Master” ya que es un terrible discazo, no solo de Bolt Thrower, sino del Metal Extremo en
general, pero como verán hay discos que me deslumbraron todavía más y en estos
Rankings no queda otra que ser brutalmente honesto y sincero con uno mismo. Más
allá de todo esto, no creo que haga mucha falta decir que en este 3er LP de la
banda hay muchos de los mejores y más clásicos temas. Abriendo con el eterno
‘What Dwells Within’, pasando por ‘Profane Creation’, otro tema homónimo que la
rompe toda, y el que probablemente sea uno de los dos o tres (puede que sea hasta
el 1) temas más conocidos y merecidamente alabados de la banda, como
‘Cenotaph’. “War Master” es uno de esos discos con prácticamente ningún punto
débil, pero en mi opinión hay discos que tienen todavía menos puntos débiles, o
los puntos débiles que tienen les agregan una cuota de, ya sea crudeza,
originalidad, oscuridad, etc., que los hace merecedores de un lugar en el
podio. El sonido mejora bastante con respecto al disco anterior, cosa que tiene
su lado positivo y negativo en mi opinión. Es verdad que las violas se escuchan
más y mejor, pero también pierde algo de la crudeza casi intimidante del disco
anterior. En fin, uno de los gigantescos pilares para cualquiera que aprecie
este género, probablemente el disco que mejor encapsula y representa a Bolt Thrower y su música y una joya que
está ahí arriba con los mejores discos que nos entregó el glorioso ’91.
Solo en una banda como Bolt Thrower
se puede explicar que uno de los discos con los que estoy más sentimentalmente
apegado, uno de los discos que considero objetivamente como una de las dos o
tres joyas más perfectas del Death Metal post-90s y un disco que además está
dentro de mis preferidos de todos los tiempos, no esté en los primeros dos
puestos. No tengo mucho más para agregar que no esté explicado en la oración
anterior. Uno de los mejores y más pesados discos del Siglo XXI, uno disco que
marcó la vuelta de la banda a un nivel totalmente superlativo y un disco
sumamente especial para mí. Lamentablemente fue su último disco, pero por otro
lado, no creo que exista una mejor forma de dar por finalizada una banda
histórica que con un disco como “Those Once Loyal”. No creo que nunca me vaya a
olvidar esa hermosa primera vez en la que escuché ‘When Cannons Fade’, ya que
no hay nada como descubrir una banda y por cuenta propia adentrarte en un mundo
que parece haber estado ahí esperándote desde el principio. Fue uno de esos
momentos en que sabes que algo cambió y que acabas de encontrar una de esas
bandas que te va a acompañar por el resto de tu vida. Aunque parezca exagerado
decir esto solo por una canción (o un disco), me parece que todos los fanáticos
de la música y del Metal en particular saben que es algo que puede ocurrir. Es
definitivamente uno de los que más escuché y esto fue una de las principales
razones por las que termino ganándole la pulseada a “War Master” para meterse
en el Top 3, sumado a que contiene el ya mencionado tema, que cierra el disco, y
que, si tengo que elegir una canción de la banda, siempre será esa joya. Es tan
o todavía más pesado que los primeros discos de la banda y sin dudas fue una
vuelta a su mejor forma y versión, dejando claro que seguían siendo Bolt Thrower, y con Bolt Thrower no se jode.
Que difícil fue decidir
estos primeros puestos. Rankings de este estilo son, generalmente, bastante
detestables, pero el sufrimiento de tener que tomar decisiones también hace a
lo entretenido de estos artículos. Ahora es el turno de uno de los capítulos
más trascendentales dentro de la discografía y vida de Bolt Thrower, es decir, su histórico 4to disco de 1992 titulado
“The IVth Crusade”. Si bien entré de cabeza y para siempre en esta banda con la
mencionada bomba nuclear y última entrega de la banda, “Those Once Loyal”,
muchos metaleros de nuestra generación vimos el nombre Bolt Thrower por primera vez en este disco, o lo relacionamos
directamente con esa icónica tapa que los muchachos de Birmingham le tomaron
prestada a Delacroix. Este álbum,
además de todos los riffs y temas inolvidables, tiene una oscuridad muy
particular que lo destaca un poco sobre los demás. Voy a ir tan lejos como
decir que es el disco más pesado de Bolt
Thrower. El sonido de las violas, el tono general del disco y la voz de
Willetts lo sostienen. Tiene la agresividad y el golpe asesino de los demás
discos, pero también una cuotita de negrura que tan bien la hizo y le hace al
Death Metal. La banda baja la velocidad y se ven muchas cosas de lo que después
llamamos Death/Doom y, si bien no es un disco que podamos atribuir a este
subgénero, le tira varios guiños. Por momentos va más lento que los demás, pero
siempre va directo a la yugular. Todos los temas están arriba de los 8 puntos
en mi opinión por lo que no voy a nombrar ninguno (‘Icon’, ‘Embers’, ‘Where
Next to Conquer’, ‘Ritual’ ;) \m/). Soy partidario y banco las típicas tapas de
los discos de Bolt Thrower, creo que
son parte indivisible de la banda y su historia por lo que aprendí a quererlas,
pero también creo que una tapa como esta queda espectacularmente bien en un
disco de Metal Extremo. Esta cruzada fue mortal, oscura, destructiva y cumplió
con creces su objetivo.
Mi N°1. Es cierto que todavía había algunas reminiscencias del
Grindcore en este disco, pero eso colaboró en crear el sonido tan único e
irrepetible del segundo álbum de estos gigantes. Ningún disco sonó como suena
“Realm of Chaos”, eso está bastante claro. Bolt
Thrower encontró su sonido característico en los discos siguientes y esto
fue algo que los convirtió en clásicos eternos y joyas del Metal Extremo, pero
en este álbum, al sonido intensamente old
school y los riffs grooveros totalmente memorables, se le suma el caos, la
aspereza y una hermosa suciedad. Porque este es el álbum donde se conjugan de
manera espectacular esa brutalidad y violencia del Grindcore que todavía teñía
la música de la banda, con el groove old school y esos preciados riffs, tan
propios de Bolt Thrower. Esto no
quiere decir que hubiera preferido que la banda se mantenga en un sonido como
el de este disco ni que lo que vino después no haya sonado tan genial, para
nada, es más, todo lo contrario. Está claro que por algo es el N° 1 para mí,
pero también sé que fue una etapa y un disco casi de transición, en donde la
banda todavía estaba buscando su sonido e identidad y mierda que lo encontraron
en los siguientes álbumes. Pero a veces, esos momentos en que la cosa no esta
tan clara y la formula no está cocinada, son los mejores y están destinados a
quedar como el irrepetible reflejo de una época, una idea y una forma de tocar
Metal. Varios de los temas que más me gustan y más escucho están en este disco,
como ‘Eternal War’, ‘Realm of Chaos’, ‘Lost Souls Domain’, ‘All That Remains’ y
mi tema preferido, el eterno ‘World Eater’. Es un disco bastante infravalorado
en mi opinión o, mejor dicho, valorado realmente solo por los que somos fieles
seguidores de la banda. Si no fuera porque en los siguientes años Bolt Thrower se empecinó en publicar
muchos de los mejores discos de la historia del Death Metal, creo que “Realm Of
Chaos” sería más apreciado y considerado definitivamente como uno de los
momentos más importantes del género. Por más que pase tantas horas escuchando a
esta banda la realidad es que nunca me voy a cansar de sus discos, sus grooves,
sus riffs, el ladrido de Willetts, y aunque haya épocas en las que escuche más
un determinado disco u otro, difícilmente alguno pueda destronar a “Realm of
Chaos” del 1er puesto de este hermoso primer Ranking Discográfico.
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